METODOLOGÍA
CUALITATIVA
Concepción
Gabriel Esteban
Dos Miradas Complementarias: El Enfoque
Cualitativo
Y
El Cuantitativo
La particularidad de
la mirada cualitativa en investigación social es su potencialidad para llegar
al discurso de los sujetos. La encuesta
no puede atrapar el discurso espontáneo y libre de los sujetos, capta o muestra
finalmente expresiones —más que discursos— estandarizadas. Recoge de forma
limitada y cerrada lo que se piensa sobre el fenómeno estudiado, en tanto que
demanda la adhesión a categorías de respuesta prefijadas. El cuestionario
estructurado permite reducir la realidad a cifras. Las técnicas cuantitativas
transforman los hechos en registros que pueden ser tratados estadísticamente de
forma distributiva.
La posibilidad de
interpretación de los datos producidos en la encuesta está basada en la
univocidad de las categorías de respuestas a las que debe adherirse el
encuestado/a. Resulta imposible analizar correctamente unos datos si las
categorías propuestas son ambiguas. Es preciso que el sentido de las respuestas
sea necesariamente único, que no dejen espacio a la interpretación, a la
existencia de diversos sentidos en la adhesión a cada categoría concreta
planteada. La limitación del método cuantitativo surge justamente de lo
que le hace posible: reducir a un código circunstancias únicas de cada uno de
los sujetos encuestados. Una reducción que da lugar a una reificación de los
fenómenos sociales. Por su parte, el enfoque cualitativo se aproxima a la opinión
del sujeto sin delimitarla, es él quien organiza y jerarquiza su percepción, su
opinión acerca de la realidad social.
En un cuestionario no
se recoge tanto una opinión como la adhesión según la cercanía/lejanía de
identificación personal— de un sujeto al estado de opinión dominante. En este
sentido, es habitual encontrarse con la idea de que el enfoque cuantitativo
ofrece una fotografía de la realidad. Una fotografía fija, en la que no existe
explicación o interpretación de las distintas «poses» o posiciones que en ella
toman los actores sociales sino descripción. El enfoque cuantitativo se acerca
especialmente al espacio de las intenciones. Domina ante todo la racionalidad.
En la encuesta los ítems y las categorías de respuesta que se ofrecen
configuran un sistema de opiniones- expresiones más o menos estereotipadas.
Así, el sujeto encuestado se adhiere «individualmente» a una idea idea-opinión
estereotipada que cree es la más aceptada en su medio. La investigación
cualitativa permite acercarse sin a prioris a la ideología dominante en
un medio social al hacerse expresa en el propio discurso del sujeto.
La encuesta, las
técnicas cuantitativas permiten llegar a saber cómo se distribuyen los
fenómenos, conocer las frecuencias, cifrar los hechos sociales. Mientras que
desde el enfoque cualitativo se alcanza la estructura que existe tras los
fenómenos, tras los procesos sociales. La investigación cualitativa permite
conocer la percepción que los propios sujetos tienen de la realidad social, y
como a partir de ésta organizan su relación con su entorno.
La aproximación
cualitativa posibilita acercarse a la aprehensión que el propio sujeto hace de
los fenómenos sociales, de cómo los interpreta. A través de las técnicas
cualitativas se alcanza a conocer las motivaciones, las determinaciones
sociales que están tras el comportamiento de los sujetos.
En demasiadas
ocasiones en investigación social estas dos formas de mirar la realidad —el
enfoque cualitativo y el enfoque cuantitativo— se han presentado como miradas
enfrentadas, excluyentes, como la mirada de los adultos y la de los niños.
Desde este capítulo lo que se pretende no es mostrar el enfoque cualitativo
enfrentado al cuantitativo sino mostrar la complementariedad de ambos. No
existe exclusión o enfrentamiento sino la adecuación de unas u otras técnicas a
los interrogantes planteados. Igual que un fontanero utiliza distintas
herramientas en función de la acción que precise realizar, el investigador
social deberá tomar la herramienta más adecuada para los objetivos de la
investigación, en función de la faceta o dimensión que quiera conocer.
Asumiendo que con su elección no será posible dar respuesta a todas las
preguntas que puedan plantearse en la diversidad de niveles en los que se
articula el objeto investigado. Sería pretencioso por parte del investigador
social pensar que su acercamiento al objeto de estudio será completo. Al
término de una investigación siempre quedan cuestiones por resolver, y afortunadamente
la propia investigación abre nuevas incógnitas. Un acercamiento únicamente cualitativo
o cuantitativo ofrecerá una respuesta todavía más parcial. El uso
complementario de estas técnicas permite aproximarse al ideal de conocimiento
completo. Se contaría con la cifra explicada por el discurso, o si se prefiere
el discurso con el apoyo de la cifra
.
LA
ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD
Caracterización general
La entrevista en
profundidad o entrevista abierta es una situación de interacción entre
entrevistador y entrevistado/a, y en este sentido es una conversación entre
ambos.
De las técnicas de
investigación cualitativa, la entrevista es la de una puesta en marcha más
sencilla. Su sencillo desarrollo y la gran cantidad de información que puede
ofrecer —en caso de realizarla adecuadamente la convierten en una técnica muy
eficaz (y rentable en términos económicos).
Dentro de la
investigación social desde un enfoque cualitativo, la entrevista en profundidad
puede considerarse la técnica pionera. Su sencillez lleva a que pueda incluso
aparecer como algo no premeditado, una situación de entrevista puede ser simplemente
escuchar, interesarse por la situación de determinados sujetos. Así, no es
extraño que los precursores del trabajo social vieran en la entrevista en
profundidad, el estudio de casos, una eficaz fuente de información, no ya sólo
para estudiar o analizar casos particulares sino para poder hacer
extrapolaciones, llegar a conocer lo que de común, lo que de social existía
en situaciones concretas de individuos.
Ámbito
de aplicación
El espacio desde el
que el partícipe en la entrevista enuncia su discurso, YO, hace que esta
técnica sea especialmente adecuada para estudios de «casos desviados» o
extremos, en los que la percepción de carácter único de los sujetos se supone
mayor, que en situaciones medias y/o mayoritariamente compartidas. La
adecuación y utilidad de la entrevista abierta no se agota ni mucho menos en su
uso en investigaciones próximas al estudio de casos extremos...
Las características
de la entrevista en profundidad la convierten en una buena práctica para llegar
a un nivel de información detallado sobre objetos concretos. En la entrevista
en profundidad, la percepción de hecho particular que está presente en el
sujeto facilita al investigador preguntar o profundizar en el plano de lo
concreto, llegar al detalle del objeto investigado. Nivel de profundización que
no es posible alcanzar en el grupo de discusión al mantenerse su discurso en un
plano más general.
La posibilidad de
acceder a lo específico hace de la entrevista una técnica bastante utilizada en
investigación de mercado. Por ejemplo, y poniendo en práctica la
complementariedad de las técnicas cualitativas, en un estudio sobre la imagen
de una revista un posible diseño de investigación podría ser la combinación de
reuniones de grupo y entrevistas en profundidad.
A partir de las
reuniones de grupo se podría conocer la imagen que de la revista tienen sus
lectores, sobre qué factores o elementos se articula dicha imagen... y de forma
general cuáles son las secciones de mayor y menor interés. Por su parte, la
realización de entrevistas a lectores muy fieles de la revista (lectores
arquetipo) facilitará detenerse en aspectos concretos de la revista, secciones,
contenidos, en la maquetación...
La entrevista ofrece
la posibilidad de indagar por aspectos que en un grupo de discusión no
generarían discurso a su alrededor, o que caso de plantearlos convertirían el
grupo en una entrevista grupal. Cuanto más concreto o limitado sea el objeto de
estudio más adecuado sería utilizar la entrevista en profundidad antes que
otras técnicas cualitativas.
Igualmente es
interesante recurrir a la técnica de la entrevista en profundidad cuando el
grupo o colectivo social al que se dirige el estudio aparece fragmentado o muy
disperso, lo que no hace sino reforzar la posible percepción de los sujetos de
casos particulares, de situaciones propias... En general, la entrevista en
profundidad aparece como una técnica adecuada en casos en los que se prevé que
los interlocutores se fijarán antes en lo que supuestamente les diferencia que
en aquello que les une.
La atención en lo
concreto que permite la entrevista hace de ésta una técnica útil para conseguir
información acerca de comportamientos.
En las dinámicas de
las entrevistas suelen ser preguntas enriquecedoras para la investigación las
que se interesan por conocer el comportamiento, la respuesta dada por el sujeto
a una situación concreta. En la entrevista no sólo se pregunta por opiniones
sino también por acciones, por aquello que se ha hecho, que se ha puesto en práctica
o por lo que no se ha
hecho. Interesa
conocer las motivaciones que están tras estos comportamientos.
En la entrevista se
obtienen respuestas concretas a actuaciones, a tomas de decisión.
En el discurso
construido de la entrevista converge o se hace presente lo objetivo y lo
subjetivo (Alonso, 1998); lo que se hace y lo que se cree hacer (y también por
qué se cree que se hace). La entrevista, por tanto, es útil para obtener
información de carácter pragmático sobre las prácticas individuales y a partir de
estas experiencias «individuales» extraer lo común, lo que de social existe en
ellas.
La versatilidad de la
entrevista frente a otras técnicas no debe llevar a su sobreutilización, a un
uso inadecuado, sino que debe utilizarse cuando sea la técnica más adecuada, y
no sólo la más fácil de realizar. Cada técnica permite acercarse de la forma
más adecuada a un tipo de información, a un nivel discursivo. El criterio que
debe dominar a la hora de elegir una técnica u otra es la pertinencia de este
nivel discursivo con los objetivos de la investigación.
A modo de resumen, la
entrevista en profundidad es una técnica adecuada para:
— el estudio de casos
extremos;
— el estudio sobre
comportamientos, hábitos...
— abordar el estudio
de colectivos fragmentados en los que difícilmente se puede llegar a generar un
discurso grupal;
— dar respuesta a
aspectos muy concretos y específicos.
El
análisis de la entrevista
El punto de partida,
el soporte a partir del cual realizar el análisis del discurso generado en la
entrevista suele ser su trascripción literal, al igual que en el caso del grupo
triangular y el de discusión. La trascripción permite analizar con detalle lo
dicho en la entrevista, volver a reconstruir su dinámica. En el acercamiento a
los discursos, la guía del recorrido deben ser lógicamente los objetivos de la
investigación.
En esta fase del
análisis es en la que el investigador se hace realmente presente, su mirada, su
sensibilidad es la que posibilitará finalmente el acercamiento a las posiciones
discursivas que puedan existir. Por ello, es difícil dar reglas para analizar,
todo lo más, mínimas pautas, puntos o aspectos a los que hay que prestar
atención. Aunque tal vez suene a tópico el mejor aprendizaje es la experiencia.
A medida que se realicen más entrevistas y análisis, el investigador irá
aumentando su sensibilidad analítica, aprenderá a mirar y discriminar lo
importante de lo superfluo o secundario.
En el análisis del
discurso de la entrevista el investigador debe discriminar lo particular
(atípico) que existe en la relación del sujeto con el tema investigado de lo
que en dicha relación hay de social; lo que responde no a la particularidad del
sujeto sino lo que está determinado por su posición social. Desde las
situaciones descritas por el interlocutor enunciadas de forma dominante desde
el YO, se trata de filtrar, casi cribar lo que de común existe en su discurso
con el de otros que comparten una misma situación social. En los discursos
creados en cada una de las entrevistas realizadas surgen con claridad coincidencias
en la relación con el objeto de estudio de interlocutores que habían
expresado, descrito dicha relación como algo «particular». El surgimiento de la
reiteración, de la repetición es lo que confirma al investigador en su
análisis. Estas posiciones, motivaciones, actitudes... repetidas que se
encuentran entre los discursos son los puntos sobre los que debe articularse y
desarrollarse el análisis. El investigador debe extraer estos elementos
sociales, para poder ofrecer finalmente una visión de la relación de los
sujetos del colectivo analizado con el objeto de estudio.
El investigador se
fijará en las expresiones, en las asociaciones que el entrevistado establece
alrededor del tema de la investigación. Se detendrá en el análisis o percepción
que el propio interlocutor tiene de su relación con el objeto investigado.
Durante la dinámica
de las entrevistas —y también en el resto de técnicas cualitativas— es
frecuente que surjan espontáneamente el relato de anécdotas, de experiencias
personales..., que sirven para ejemplificar o apoyar lo dicho. Es positivo que
el propio entrevistador fomente o estimule este tipo de relato. En dicho relato
el interlocutor está de alguna forma jerarquizando, ordenando su percepción
sobre el tema estudiado, lo que ayuda al investigador a situar al entrevistado
en un marco discursivo.
En el análisis no
deben subestimarse estos relatos, al contrario se les debe prestar atención ya
que pueden ayudar al investigador a clarificar la posición discursiva del
sujeto.
EL
GRUPO DE DISCUSIÓN
Caracterización
general
El grupo de discusión
o la reunión de grupo es una de las técnicas de investigación cualitativa más
utilizadas en la actualidad en investigación social, y de forma muy especial en
investigación de mercado. Fue justamente en este ámbito donde comenzó a
utilizarse en la década de los 50, para pasar posteriormente al ámbito de la
investigación social. Antes de conocer con mayor detalle qué es un grupo de
discusión, apuntar que su puesta en escena consiste en una reunión de 7 o 8
personas (algunos investigadores incluso prefieren 9 participantes) más la
persona encargada de la coordinación de la reunión, de una duración aproximada
de 1h 30m-2h, en la que los asistentes hablan de un tema.
El grupo de discusión
parte de la idea o del supuesto de que los asistentes a él, en su participación
no sólo se representan a sí mismos, sino que son representantes preconscientes
de los distintos grupos sociales a los que pertenecen. Es decir, actúan como
representantes de los roles sociales con los que participan en la sociedad y
reflejan o expresan el discurso dominante en su posición social. Se parte del
supuesto de la existencia de un discurso dominante, correspondiente o asociado
a cada posición social. Esta estabilidad discursiva fundamenta el grupo
de discusión como práctica de investigación social.
Ámbito
de aplicación
El grupo de discusión
aparece como una técnica especialmente útil para analizar las ideologías
dominantes, la forma de pensar, las actitudes... con las que se identifican (y
a partir de las cuales actúan) los sujetos de los distintos colectivos
sociales. El grupo de discusión posibilita conocer la percepción que un grupo
social tiene sobre el objeto investigado, y como en función de dicha percepción
interactúa con él. De forma tal vez demasiado reduccionista, el discurso grupal
informa de cómo «se cree» que es la realidad, y no «sobre la realidad». El
comportamiento de los sujetos no responde a la realidad sino a como creen
los sujetos que es dicha realidad.
El hecho de que el
grupo de discusión genere un discurso abierto y espontáneo hace de esta técnica
una magnífica vía para conocer las ideologías, las opiniones existentes sobre
los más variados temas sociales, políticos... Saber cuál es la interpretación
que los ciudadanos hacen de su realidad cotidiana, de todo aquello que de una u
otra forma está presente en su día a día y a partir de la cual actuar. En un
grupo de discusión, tal y como se apuntaba anteriormente, no se busca ni se
analiza si la percepción que los sujetos tienen de la realidad es «correcta».
El grupo de discusión posibilita aproximarse a la interpretación que el sujeto
hace de la realidad, y sobre la que articula su propia relación con su entorno.
Por ejemplo, en el caso de la actitud de la población española ante la
inmigración, «poco» importa que los datos estadísticos muestren que los puestos
ocupados por los trabajadores extranjeros son en su mayoría empleos no
cubiertos por españoles, si buena parte de la sociedad percibe (o cree) que se
trata de puestos sí queridos por nacionales.
El discurso grupal se
inscribe, por tanto, en el espacio de lo simbólico en un plano que permite
conocer o comprender las motivaciones que están tras los comportamientos y/o
actitudes de los sujetos. Este espacio discursivo hace que el grupo de
discusión sea una técnica adecuada para estudiar, por ejemplo, las
representaciones sociales que pueden existir alrededor de los más diversos
fenómenos sociales. Representaciones sociales a partir de las cuales los
sujetos organizan sus comportamientos, construyen sus opiniones...
La propia televisión
también se aprovecha de la riqueza de esta técnica cualitativa. En
ocasiones, los programadores además de no perder de vista los todo poderosos
datos de audiencia, realizan desde un enfoque cualitativo estudios que les
ofrezcan información acerca de las relaciones que los telespectadores
establecen con un determinado programa o con la cadena en su conjunto, cuál es
su imagen, su posicionamiento, qué cambios pueden ser bien recibidos o, por el
contrario, qué cambios significarían un riesgo...
El
desarrollo de la dinámica
En el desarrollo de
la dinámica de un grupo de discusión podrían diferenciarse de forma muy básica
tres fases:
1. Presentación del
coordinador/a y de la técnica.
2. Fase
abierta-espontánea.
3. Fase delimitada.
En esta fase, aun dominando lo espontáneo, la intervención del coordinador es
mayor que en los momentos previos de la dinámica.
Ahora de forma muy
sintética nos fijaremos en qué puntos o aspectos deben recogerse en la
presentación del coordinador ante el grupo.
El investigador en
los primeros momentos de la dinámica debe resolver las posibles incertidumbres,
dudas o temores que puedan tener los asistentes a la reunión: qué me van a
«vender», para qué estoy aquí, por qué yo... ¿Cómo hacerlo? Es preciso
contextualizar adecuadamente
la reunión dentro de
un ámbito de investigación más amplio, explicar que se van a celebrar distintos
grupos con interlocutores diferentes, explicitar qué se espera de ellos (su
opinión, críticas...) e indicar cómo se va a desarrollar la reunión (sin turno
de palabra, «ellos tienen la voz»).
Tras la presentación,
el coordinador/a ofrecerá al grupo el impulso de la dinámica, es decir,
planteará al grupo el tema de la investigación, aquello de lo que quiere que
hablen entre ellos; a partir de este momento el grupo tiene la palabra. Cesión
de la palabra que traslada la incertidumbre al coordinador: ¿hablarán? Se
teme el silencio del grupo. Un silencio que es preciso señalar nunca se produce,
pero que no evita que los primeros segundos se hagan muy largos.
El
investigador y la dinámica en los grupos
La posición que toma
el coordinador en el grupo de discusión no debe ocupar un lugar central en el
discurso, aunque éste represente el poder. El coordinador no forma parte del
grupo, por lo que no debe intervenir en la construcción de su discurso. El
papel básico del coordinador es crear y facilitar las condiciones necesarias
para que el grupo genere su discurso y ofrezca así información.
Tras ofrecer el
impulso o estímulo al grupo, el coordinador tiende en la primera fase del grupo
a desaparecer, no toma una posición activa. Las primeras intervenciones de los
asistentes habitualmente se desarrollan de forma muy rápida, cumpliendo ante
todo la función de primer contacto, de presentación. Esta primera ronda de
intervenciones o de presentación es habitual que no se complete, pues enseguida
se establece el diálogo, el intercambio de ideas u opiniones entre los
asistentes, comenzando entonces realmente la dinámica. Una dinámica en la que
de ser el impulso correcto, enseguida surgirá el tema investigado. El grupo se
desarrollará por el camino «elegido» por los participantes. Comienza la parte
más espontánea de la dinámica
Las intervenciones
del coordinador deben ser lo menos intrusivas posible en la conformación del
discurso grupal. Su función es, tal y como se ha estado apuntando, generar las
condiciones necesarias para el desarrollo del grupo, fomentando la
participación de todos los sujetos. Para ello debe motivar a los que se
muestran más tímidos o más pasivos, al tiempo que frenar a quienes
monopolizan la dinámica. El discurso tiene valor en tanto que es construido por
y en el grupo, no cuando es la opinión de un asistente al grupo. La
figura del coordinador actúa de referencia, es de quien se tiende a buscar la
confirmación, la aprobación. Una aprobación que se busca con la mirada. Por
ello, la mirada se convierte en una herramienta de «control» del grupo para el
investigador. El coordinador puede buscar la mirada de aquellos participantes
que se muestran más reacios a participar, estimulándoles, mientras que para
acortar la participación de algún asistente que busca un liderazgo excesivo, el
coordinador puede evitar mantener su mirada, evitando así la confirmación que
busca el otro.
Sobre
el número de grupos
En cualquier
investigación social el establecer cuál es el universo o la población que se va
a investigar constituye sin duda una de las grandes cuestiones que el
investigador social debe resolver antes de diseñar la investigación. En una
encuesta se trata de saber a quién debe preguntarse, o determinar quién es y
quién no sujeto «válido» para responder al cuestionario. Una vez conocido este
sujeto de la investigación, el problema será diseñar el muestreo que mejor se
adapte a las necesidades de la investigación y se adecue a la siempre existente
limitación presupuestaria y temporal. En la investigación cualitativa la fase
análoga al diseño de la muestra sería el diseño de los grupos de discusión a realizar.
Para determinar el
número de grupos de discusión a celebrar habrá que fijarse en la amplitud de
los objetivos planteados y en la diversidad o fragmentación social que pueda
existir alrededor del objeto de estudio, sin olvidar la cuestión presupuestaria
que de forma muy frecuente es la razón que determina el número de grupos a
realizar.
Diseño
de los grupos
Al hablar del diseño
de las entrevistas en profundidad se decía que el propio diseño ya significa la
existencia de unas hipótesis. Unas hipótesis que pueden ser o no confirmadas
por la propia investigación.
A la hora de diseñar
los grupos, de perfilar a los sujetos que participarán en ellos se está
trabajando con una serie de supuestos al pensar que las categorías o variables consideradas
en la propuesta de dichos perfiles y no otras pueden determinar o generar
posiciones discursivas diferentes.
Las variables que se
consideran o que intervienen en el diseño particular de cada grupo lógicamente
variarán en función del objeto investigado, pero sí se pueden destacar algunas
variables socio demográficas que siempre están presentes en la planificación de
los grupos que conforman una investigación: edad, género, situación laboral y
estatus socioeconómico serían las variables básicas a las que se incorporarían
las categorías específicas para cada investigación.
En cuanto al diseño
concreto de cada uno de los grupos que conforman la propuesta global de
investigación, éste recogerá variables, facetas, roles específicos de los
sujetos, para construir perfiles prototípicos. En el intento de construir un
perfil prototípico también ha de considerarse el municipio en el que se propone
realizar el grupo. Por ejemplo, se podrá diferenciar entre ciudades más
tradicionales o «conservadoras» o más modernas, con distinto nivel
socioeconómico...
MARYORI BAPTISTA
C.I.20047339


